7 de octubre: Te doy un sí.

Lucas 1, 26-38. ““Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. 

Y María dijo: SÍ. 

¿Cuántas veces has tenido que tomar una decisión y decir que sí?. Todo empieza desde el principio, cuando sabes que vas a tener un hijo, ¿Cuál ha sido tu respuesta?; o cuando tienes un hijo enfermo, que está conectado a la vida con vida artificial y tienes que decidir, ¿Qué contestas?; o cuando llega esa propuesta matrimonial o sacerdotal, ¿Qué decides para tu futuro?.  

Decir que sí.  

Las decisiones grandes en nuestro camino nos toman a veces desprevenidos. Imagina que te dicen que te vas a casar con un hombre mayor, que vas a tener un hijo, y que vas a ver a tu hijo morir, aun sabiendo que es inocente…y que tu respuesta sea un SÍ, como el sí de María. 

María siendo una jovencita, tuvo fe y su fe le dio valor y fortaleza para vivir como Dios lo predijo. Así nosotros, Dios ya diseñó nuestra vida, con subidas y bajadas, con alegrías y tristezas, con logros y fracasos. Donde cada detalle debe servirnos para aprender algo, para recuperarnos y saber hacerlo mejor la próxima vez, para aceptar las cosas con positivismo y para enfrentarnos a una realidad ya establecida. Siempre pienso que, si vamos por un camino sin baches, tranquilos, alegres es señal que vamos siguiendo el curso de nuestra vida de buena manera; y que cuando hay contratiempos, siempre considero que es porque nos hemos equivocado al tomar decisiones, y que debemos seguir por el camino superando esos retos, porque al final nos van a llevar a nuestra felicidad. Sé que siempre habrá espacio para rectificar y hacerlo mejor para alcanzar nuestras metas y retos, aun si hay que volver a empezar. 

¡No tengamos miedo a decirle que si a Dios!, dejemos que Él nos guíe y que ilumine nuestro camino. 

Propósito de hoy: Digamos sí con alegría, aceptemos la invitación de Dios a seguirlo con el corazón.