24 de septiembre: Perdónate. 

 Lucas 9, 43/35. “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”.  

 ¡Qué fuerte!. Imagina que vas a ser entregado ante la justicia porque cometiste una falta, chocaste un auto o atropellaste a una persona. ¡Qué miedo tienes! No sabes lo que te espera. Ahora imagina a Jesús, que no cometió ninguna falta, que fue detenido injustamente y crucificado. En su humanidad, yo sé que tuvo miedo también, sin embargo, Él tenía un propósito en su existencia y era dar su vida por ti y por mí. Él sabía que lo llevarían preso y lo crucificarían, para enseñarnos que la vida viene de Dios y que somos perfectos ante sus ojos porque así nos creó.  

 A veces nos encontramos en situaciones muy difíciles, circunstancias que tal vez no provocamos directamente y caemos en una terrible desolación porque no podemos salir de ahí. Es en ese momento cuando más debemos recordar que Jesús sabía que moriría y que con su muerte nos dejaba su fortaleza y su perdón. Fallamos, sí; pero hay que pedir perdón y perdonar para avanzar en la vida. No podemos quejarnos siempre, debemos ser humildes de corazón y rectificar nuestro comportamiento, salir de los vicios, de las tentaciones, de todo aquello que nos conduce a la autodestrucción. ¡Sí podemos hacerlo!, si abrimos el corazón al amor incondicional de Dios… solo hay que dejarlo entrar para llenarnos de paz y poder cambiar nuestras formas de vida y alcanzar la felicidad. 

Propósito de hoy: Se bueno contigo y perdónate. Sigue hacia adelante, no te detengas.