22 de septiembre: Curiosidad de la buena.

Lucas 9, 7-9.  “Y tenía curiosidad de ver a Jesús.” 

 La vida, los seres humanos, nuestros deseos. ¿Qué tan emocionados nos sentimos cuando vamos a conocer a alguien que admiramos?, o al contrario ¿Cómo nos sentimos cuando vamos a conocer a alguien a quien envidiamos?. ¿Cuál sería tu caso con Jesús?. Lo admiras o lo envidias. Herodes creo que más que envidiarlo, le tenía celos y por eso tenía curiosidad por conocerlo. 

¿Cuál es tu postura cuando conoces a alguien que te desagrada, que lo envidias, o que le tienes celos?. Es interesante, a veces no sabemos ni qué hacer, mucho menos que decir o cómo reaccionar. En realidad, nunca me había puesto a pensar en esto. Tener curiosidad de conocer a alguien porque es mejor que yo y a quien todo el mundo ama. Eso pensó seguramente Herodes en esta lectura que nos presenta Lucas.  

Pero qué tal cuando nuestra curiosidad es positiva. Hacemos filas largas para que nos autografíe un libro o para tomarnos una foto. Hay que sentir curiosidad de la buena cada vez que conocemos a alguien, porque podemos aprender mucho, si estamos abiertos a un encuentro fructífero. Conocer a Jesús a través de la palabra de los apóstoles y de quienes han escrito sobre Él, nos va a dejar enseñanzas de vida, de superación, de valentía y principalmente de amor.  

 Propósito de hoy: Acércate a alguien y comparte tu tiempo aprendiendo algo nuevo de esa persona, que puede ser tu hermano, tu amigo, tu padre.