16 de septiembre: Ella es importante para mí.

Lucas 8, 1-3. “Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres”.

Hoy en día, cuando se habla de liberación femenina y de los derechos de la mujer, sería necesario regresar a los tiempos de Jesucristo. Él fue la primera persona que le dio sentido de dignidad a la mujer. Él la aceptó dentro de su núcleo social, empezando por su madre María como ejemplo de virtud y valor. La mujer es pilar fundamental para la familia; provee estabilidad en el hogar;  enseña principios y valores necesarios para enfrentar la vida y son dadoras de amor incondicional.

Me gusta mucho ver cuando todos somos amables, cuando estamos listos para ofrecer una mano ayuda y servicial sin importar el sexo; que no nos limite ser mujeres y que el hombre no sienta que tiene poder sobre la mujer. Amo ver al ser humano respetarse y compartir ideas y valores, en la casa , en la oficina, en el gimnasio, en la iglesia, en todos los ámbitos sociales. Todos tenemos el deber de cambiar la forma en que señalamos a la mujer, porque también está hecha a imagen y semejanza de Dios. Ella tiene un lugar importante en la creación y debe tener el lugar que le corresponde. Lleva también un mensaje de libertad, de salvación, de vida y principalmente de amor. 

Seamos siempre considerados unos con otros y que nuestro género no determine la manera en que vamos a convivir; todos fuimos creados con el mismo amor, para ser individuos generosos, llenos de talentos y virtudes para compartir juntos.

Propósito de hoy: Acércate a la mujer que más ves y dile que la amas y agradeces su entrega de amor hacia ti.