Lucas 7, 1-10 “Señor. Yo no soy digno de que entres en mi casa.”
¡Jesus reconoce nuestra fe!. A Él no lo podemos engañar. Él sabe si en verdad somos compasivos y misericordiosos, y si cumplimos su palabra. Esta lectura nos habla de humildad. Está llena de la compasión de alguien que implora a Jesús, de alguien que necesita de Dios, pero principalmente de alguien que tiene fe.
¿Serás tú, o seré yo?.
Vamos haciendo un ejercicio mental sobre nuestros valores, sobre nuestra misericordia y nuestra bondad, sobre nuestra humildad del corazón. Qué es lo que reflejamos con nuestras acciones, qué tan ricos somos en actitudes y en consideración hacía los demás; o por el contrario, qué tan pobres somos, que no conocemos ni practicamos la bondad, la humildad, la misericordia, el perdón, ni el servicio.
Tenemos muchos dones, gracias y virtudes que aún estamos por descubrir. Qué tal, si abrimos nuestro corazón para que se llene del amor de Dios y sintamos que estamos completos, porque es, solo así, que podremos contagiar a los demás.
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