28 de agosto: Soy humilde.

Lucas 14. 1.7-14“El que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”.

Nunca deseemos estar en el lugar de alguien más, de quien no somos. Primero porque no nos corresponde y segundo porque al ser tú mismo, estás reflejando el amor que sientes en tu corazón hacia tu persona y el respeto que tienes ante el creador que te diseñó tal y cual eres y que así te ama.

Imagina que llegas a un lugar y quieres que todos te vean, y vas corriendo hasta enfrente a sentarte. Hasta ahí va todo bien, solo que viene el organizador a decirte que hay una persona “más importante que tu” y tienes que cambiar de lugar; vas a sentirte muy incómodo, derrotado, humillado y a la vez demostrando un deseo de reconocimiento que no necesitas.

Ser discreto es una gracia. Se humilde y no pretendas engrandecerte, nunca sale bien.

Valora quién eres, ten confianza en ti y ámate siempre, ofrece tu ayuda, aprende a servir a los que están a tu alrededor en lugar de querer ser atendido, y te vas a dar cuenta que eso no te va a llenar el corazón de alegría. La recompensa al final del día vale mucho más, tanto como lo que vales tú. 

Propósito de hoy: Seamos serviciales el día de hoy.