20 de agosto: Sé coherente.

Mateo 23, 1-12

“Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra.”

El arte de aparentar. ¡Es todo un tema!. ¿ Te has dado cuenta cuántas veces lo que haces y lo que dices no tiene sentido?.  Sí, eso es decir algo y hacer algo diferente.

La oración. Yo he sufrido el desprecio dentro del templo, por parte de esas mujeres que viven ahí, orando todo el día, como si no tuvieran nada más que hacer en sus casas; aparentando ser buenas. Sí, ahí dentro, he recibido groserías y desplantes, ¡En la casa de Dios!. Creo que eso me ha marcado mucho. El no poder entender porque estas mujeres, que dicen ser mujeres de Dios, dentro de la iglesia me han maltratado. Cómo puedo coordinar en mi cerebro que, ellas que tanto rezan, puedan tener acciones tan diferentes a las que “aparentan”. De verdad ha sido un tema que me hace llorar. 

Cuando se dice algo, hay que intentar cumplirlo. Coordinar lo que piensa el cerebro o el corazón, con las acciones. Que las personas no digan de ti, que solo eres palabrería, y que en la vida diaria eres alguien totalmente diferente. Cuando no sabes cumplir tu palabra, o tus promesas, nadie confía en ti, porque han dejado de creer en ti. No seas esa persona, que nadie querrá poner como ejemplo, ni mucho menos imitar. Seamos coherentes con lo que decimos y con lo que hacemos, así evitaremos riñas y problemas innecesarios. 

Nunca es tarde para hacer cambios en la vida, en cada uno. Dejemos entrar a Jesús a que sane ese deseo de aparentar lo que no es. Él es bueno y nos ama. Sé que con su amor, podemos superarlo todo. Ser genuino, ser auténtico, llenarnos de su amor y su bondad y querer ser un ejemplo para los demás.

PROPÓSITO DEL DÍA: Coordinar lo que decimos con lo que hacemos. Dile a quien está junto a ti algo agradable para iniciar el día y que vaya de acuerdo con tu forma de tratarlo.