15 de agosto: Mi Fe.

Lucas 1, 39-56

“Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Imaginas que alguien te diera una noticia inesperada, imposible, ¿Cuál sería tu reacción?, ¿Dudarías?…¡Pues sí!. Sin embargo, el evangelio de hoy nos invita a que tengamos fe en lo que viene del Señor, en sus promesas y en su misericordia, porque Él ha puesto sus ojos en cada uno de nosotros, en ti, en mí.

Una vez me preguntó mi hijo si la religión era algo cultural. Muy buena pregunta, ¿Lo has pensado?, y la respuesta es si. Como nos dijo el Santo Juan Pablo II en una de sus visitas a mi país, “en México, todos son Guadalupanos”. Y podría decirse que sí; María se apareció como La Virgen de Guadalupe y así la conocemos y así la amamos. Y, al igual que otros países, nosotros tuvimos la bendición de que ella visitara nuestras tierras. Yo soy católica porque nací, crecí y fui educada en la ley de Dios y lo amé desde el primer día que lo conocí, porque vengo de un país que profesa el catolicismo. Sé que si hubiera nacido en China, o en Estados Unidos, o en Israel, mi religión y mis creencias tal vez fueran diferentes.

¡Dichosos los que hemos creído! Porque hemos dejado entrar a Dios a nuestros corazones y a través de su amor, tenemos la capacidad de amar a los demás y ser lo mejor de nosotros mismos.

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