1 de agosto: Denles ustedes de comer.

Mateo 14, 13-21

Pero Jesús les replicó: “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”.

 

Nos enseña el evangelio de hoy a compartir lo que tenemos. No se si te has dado cuenta, la felicidad que se siente cuando compartes lo que tienes. Nos llega ese gozo de saber qué podemos hacer algo por los demás, porque en el compartir está el recibir. Más das: más recibes. ¿Lo has analizado?. 

Cuando abrazamos a alguien, ¿Qué pasa con ese alguien?. ¿Cuál es su reacción?. Por lo general va a sorprenderse. ¡Alguien me abrazó! Y sucede eso, porque con la vida tan rápida que vivimos, hemos olvidado detenernos a ver a los demás, hemos olvidado que en el amor, hay muchos beneficios; para ti, para mí, para nosotros.

¨Denles Ustedes de comer.¨ ¡Ésta frase me gusta tanto!. Dios ha sido siempre un gran proveedor. Aquí vemos cómo Jesús está alimentando a sus seguidores con pan y peces; pero también les está alimentando su esperanza, acrecentando su fe, nutriendo su alma, sanando. Recuerdo que en un congreso eucarístico ésta fue la frase elegida y me llenó tanto; nosotros como catequistas llevamos la palabra de Dios como alimento a los demás. 

¿Has pensado, cuál es el alimento más importante del día?. ¡Es el que le damos a nuestro corazón!. La manera en que expresamos lo que sentimos, en nuestro trato a los demás y en cómo nos alimentamos nosotros de los demás. Aprendamos a dar, a ser compasivos y considerados, porque ahí también se encuentra nuestro alimento diario, en el servir a los demás con amor y alegría; así como Jesus atendió a quienes le seguían.

Propósito del día: Alimenta a alguien con tu alegría y con tu amor.