29 de julio: Creo en ti.

Juan 11, 19-27

“Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?” Ella le contestó: “Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.

Esta lectura del Evangelio de San Juan es una prueba para nuestra fe.

Llegamos a creer en tantas cosas. Creemos, por ejemplo, que si trabajamos más, por consecuencia vamos a recibir un mejor salario o un mejor puesto de trabajo, o si le entregamos todo nuestro corazón a ese gran amor, creemos que nos va a amar de la misma manera. Creemos hasta que si hacemos las cosas bien, vamos a ser reconocidos. No siempre es así cuando ponemos nuestras creencias, en algo diferente a Dios.

Todo reside en nuestra fe y en nuestra forma de ver las cosas. Creer en Jesús es creer en la vida después de la vida. Es sabernos amados, porque Él nos amó primero y a nosotros nos toca, con nuestra gran fe, amarlo y creer en su palabra de amor y vida eterna.

No seamos fieles por encima, como asistir a misa para que nos vean los demás. No, seamos fieles a nuestro corazón amoroso, que encuentra en Jesús, una motivación para ser felices a través del amor, la caridad, la compasión y las bondades de lo que somos capaces de ser.

Propósito del día: Ver a tu prójimo con el amor de Jesús en tu corazón, como Santa Marta, que creyó fielmente en el.