11 de mayo: Prender la Luz

Jn. 12, 44-50

Yo he venido al mundo como luz

 Cuando todo está obscuro intentamos prender la luz de emergencia, la lucesita de noche. Así es Cristo para cada uno de nosotros. Él es la Luz de mi vida, quien ilumina mi caminar para que yo no tropiece. Hay días que son muy brillantes, llenos de luz y esplendor; otros algo grises; quizá otros muy obscuros. Pero la Luz de Cristo jamás se apaga. Puede ser que sea muy tenue, como la lucesita de noche, pero está prendida. Lo que nosotros tenemos que hacer cuando el día esté más obscuro, es acercarnos a esa Luz que brilla en la esquinita y dejar que esa Luz me ilumine poco a poco y pueda sentir la seguridad que necesito para seguir caminando. Nunca olvidar que La Luz siempre está ahí, yo solo tengo que acercarme para que ilumine mi mundo.

Propósito: un Padrenuestro para que El ilumine mi día.