2 de mayo: Vivir de certezas

Jn 6, 22-29

Trabajad no por el alimento que perece sino por el alimento que perdura para la vida eterna.

La semana pasada vimos a Jesús dar de comer a cinco mil hombres con tan sólo cinco panes y dos peces. Lo vimos caminar sobre las aguas. Son muchos milagros extraordinarios. Hoy vemos cómo la gente se amontonaba por querer verlo. ¿Curiosos? ¿interesados? Cristo, sabiendo lo que cada uno trae en el interior, nos dice “no trabajen por el alimento que se acaba, sino por el que dura la vida eterna”. Los milagros así como llegan se van, una fuerte experiencia llega y se va. Por eso, es tan importante afianzar todas y cada una de ellas y convertirlas en certezas, en experiencias fundantes para ahí cimentar nuestra fe, para que cuando pase el sentimiento, pase la emoción, llegue la vida ordinaria con la rutina, con los mismos problemas sino es que peores, toque a la puerta la desgana, el desaliento, abramos el baúl de los recuerdos y esas certezas y experiencias del amor de Dios tomen el control y el corazón pueda seguir adelante, con sentido, con ilusión, esperanza y amor. Que hoy metamos por lo menos una experiencia- memoria del amor Dios a nuestro baúl y vayamos atesorando para el cielo.

Propósito: hoy abrir el corazón para “cachar” un momento de amor.