Jn 20, 11-18
He visto al Señor
En esta época de Pascua no se permite llorar, ni caras largas, ni tristezas ni desalientos. Esta semana la sonrisa debe llenar nuestro corazón “Hemos visto al Señor”. Sí, los que salimos de misiones lo vimos en el rostro de un viejito, en la sonrisa de un niño, en la camiseta deslavada de la misionera, en una hora de oración; para los que no salieron de misiones también “han visto al Señor” en la convivencia familiar, en los millones de católicos que hoy cantan el Aleluya. Si hubiera alguno despistado que todavía llora porque se han llevado al Señor (alguna enfermedad, una falta de fe, alguna crisis…), hagamos un momento de silencio y escuchen la voz del Maestro que dice “No llores… aquí estoy, soy yo Tú Señor, sí me clavaron en una cruz y en ella me lleve todos tus pecados, todo tu dolor, y hoy lo convierto en esperanza, en redención”. ¡Hemos visto al Señor! Que se note en nuestra alegría, en nuestro entusiasmo, en nuestra caridad, en nuestro amor.
Propósito: hoy sonreír y que todo lo que diga construya.