Jn 10, 31-42
Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos.
La persona de Cristo como decíamos ayer es “autoritaria” es decir, lo que dice y hace sacude consciencias. Por lo tanto, siempre habrá a más de uno que no le guste lo dicho o hecho. Cristo los aborda y pregunta “¿Por cuál de todas mis obras o palabras quieren matarme?” Por pedirles que perdonen setenta veces siete, por pedirles que caminen la extra-milla, por dar de comer al hambriento, por devolverle la vida al moribundo, por sanar al herido, por llamarles amigos, quedarme con ustedes en la Eucaristía. La doctrina de Cristo, la doctrina del amor es costosa, no sólo al escucharla, sino sobre todo al vivirla. Muchas veces incluso en nuestra misma familia vamos a escuchar a más de uno “nos quiera matar” porque nuestro vivir y actuar mueve y sacude consciencias (debería sacudir y mover). Pero al igual que Cristo, hay que permanecer fieles a la voluntad del Padre y seguir firmes con el estandarte del amor.
Propósito: hoy amar y servir y hacerlo con una sonrisa.