5 de abril: Mirar hacia arriba, a lo alto

Jn 8,21-30

Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que soy yo.

Este pasaje es difícil de entender o quizá a primera vista cuesta “sacarle algo”. Para lograrlo vamos a “echar un vistazo” al antiguo testamento. El pueblo judío dudaba de Dios y ya estaba harto de la “supuesta tierra prometida”. Dios ante tal situación los castiga y les manda una plaga de serpientes, el pueblo se arrepiente y le pide a Moisés que “hable con Dios”. Dios, como todo buen Padre amoroso, los perdona y le pide a Moisés levante una serpiente en alto y quien la mire quedará curado del piquete de la serpiente. Hoy Cristo nos recuerda que EL ES A QUIEN LEVANTAREMOS EN ALTO. La Cruz y Cristo en ella tiene el poder de salvarnos y curarnos de toda enfermedad, especialmente de la incredulidad, de la falta de fe, de no creer en el amor. Elevemos la mirada y contemplemos la cruz; miremos la cruz y digámosle con mucho fervor: “Señor, creo pero aumenta mi fe”. Cristo está ahí “colgado en una cruz” por amor a mí. De ahí sale toda cura, toda fuerza, toda motivación. La cruz es nuestra victoria.

Propósito: mirar la cruz y repetir cuantas veces sea necesario “Señor, creo pero aumenta mi fe”.