23 de marzo: Un corazón “mesiánico”

Mt 5, 17-19

Quien cumpla y enseñe será grande.

“El que cumpla los preceptos, ese será grande en el Reino de los cielos”. Sí que nos responde a la pregunta de ayer ¿hasta cuánto o hasta dónde? Hoy Cristo nos responde con más claridad. Cumplir los mandamientos, más bien yo diría vivir los mandamientos. ¿Cuáles son esos preceptos? Los que Cristo vivió: perdonar, dar la vida por el amigo, practicar la justicia, ayudar al amigo, abrigar al hermano, cobijar, enseñar, vivir poniendo al otro en primer lugar. Ahí está el secreto de todo precepto: el otro antes que yo. No tiene mucha ciencia, lo que requiere es tener un gran corazón. Para ello, supliquémosle “Señor dame un corazón semejante al tuyo; un corazón que perdone, que acoja, que ilumine, que enseñe, que abrace, que entregue, que salga, que testimonie, que calle, que comprenda, que ame, Señor dame un corazón grande para amar como, como el tuyo”.

Propósito: hoy vivir en gerundio, amando, sirviendo, acogiendo…