17 de marzo: engordar el corazón.

Lucas 16, 19-31

Recibiste tus bienes, y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tu padeces.

Como les comenté la semana pasada, se casó mi sobrina. Su familia le hizo un vídeo recorriendo su vida hasta ese día. Su papá al final le dijo unas palabras muy sabias: “El secreto para ser feliz está en disfrutar y agradecer lo que tienes ahora”. La historia del evangelio de hoy es sobre el pobre Lázaro y el rico Epulón. Los dos se mueren y uno goza del cielo y el otro del infierno. El pobre sufrió toda la vida y gozo la eternidad, el rico gozo la vida y sufrió la eternidad. No se trata de quién tenga más o menos, sino el cómo vivió, gozo y agradeció ese más o ese menos. La riqueza de una persona no está en lo material, ya que eso así como viene se va. Sino la riqueza de una persona está en cuánto pesa su corazón. Cuántos kilos de amor y servicio hay dentro. El corazón es lo que se pone en la balanza del cielo. Por eso hay que disfrutar y agradecer el hoy. No viviendo del ayer ni mucho menos del mañana. Hoy “engordar” el corazón. Engordarlo con amor, servicio, perdón, alegría, bondad.

Propósito: hoy engordar el corazón con un acto de amor y servicio desinteresado.