1 de marzo: ganar ganar, vivir vivir.

Marcos 10, 28-31

Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.

Ayer vendimos todo lo que nos pesaba en el corazón, nos quedamos con lo esencial: amor y servicio. Sin duda nos viene la pregunta que hacen los apóstoles: ¿y nosotros que hemos dejado todo que, ¿cuál será nuestra recompensa? Y Cristo que es todo un caballero y jamás pide sin antes dar, jamás pide sin llenarte el corazón, les responde “recibirán el ciento por uno y la vida eterna”. Que más quiero la felicidad en esta tierra y en la siguiente, es un “ganar ganar”. Hace un par de meses hablaba con una joven que me decía “la neta la neta Paola crees en Dios, así ya en serio crees que todo este rollo sea cierto”. La neta la neta sí creo, creo porque yo lo he dejado todo, casa, familia, amigos, dinero y he recibido el ciego por uno en esta tierra, soy plenamente feliz, Cristo me llena, me ilusiona. Si cuando me muera y llegue al cielo me doy cuenta que todo era una farsa, pues no tendré de que arrepentirme porque fui feliz aquí y allá. Pero si por “esa duda” me reservo algo aquí en la tierra y en vez de vaciar mi corazón lo lleno de tonterías que me hacen feliz por unas horas y al llegar al cielo resulta que todo era verdad, que hay un cielo, un Dios y una vida eterna, ni feliz aquí ni feliz allá. Así que yo prefiero “egoístamente” ganar ganar, vivir vivir.

Propósito: hoy vivir mi día como si fuera el primero, el único, el último.