26 de febrero: Ser como niños.

Marcos 10, 13-16

El que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Este evangelio me motiva mucho: “El que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en el”. Es muy fácil entrar en el Reino de Dios. Ese Reino de amor, paz, justicia, verdad. Solo hay que ser como niños, y estos son todos lo anterior. Aunque habrá algunas mamás que digan, de paz no hay mucho, corren todos por la casa. Pero los niños son sencillos, francos, alegres; los niños están cargados de esperanza, imaginación. Últimamente he meditado mucho en que “es más fácil ser feliz, que no serlo”. Ser feliz es aceptar todo lo que venga y hacerlo con una sonrisa. El tráfico, por más corajes que hagamos, no se va a alivianar, mejor sonríe, aprovecha el tiempo para convivir con quién vas, si vas sola mejor, convierte ese momento en momento personal; coraje con hijos, marido, trabajo, sonríe, ve la mejor manera de solucionar, sin acusar, más bien escuchar, quien se enoja pierde, dicen por ahí. Ser feliz, acogiendo lo que venga, y no es ser “tonta” o “ingenua”, sino todo lo contrario, muy inteligente, confiando, creyendo, que sí está frente a nosotros, es el “pan de cada día”, que Dios sabe, necesito yo hoy, para saciar esa hambre de felicidad.

Propósito: hoy sonreír, hoy pensamientos y palabras positivas.