14 de febrero: Llenar el corazón de lo esencial: el amor.

Lucas 10, 1-9.

“La mies es abundante y los obreros pocos”.

Jesús los manda de dos en dos a predicar la buena nueva del evangelio. Los mandó de dos en dos y les dio instrucciones muy precisas: no lleven nada para el camino, ni pan, ni dinero, ni cinto, ni mochila, únicamente bastón, sandalias y una túnica. Es decir para llevar el mensaje de Cristo no necesitamos gran cosa, necesitamos un corazón cargado de amor, una mirada llena de compasión, mano listas para servir, unos pies dispuestos a salir, una boca dispuesta a repetir lo que Cristo nos enseñó: ama, perdona, sirve, entrégate, da, comparte… Si seguimos las instrucciones, nosotros igual que los doce apóstoles, sacaremos los demonios que decíamos el otro día, acabaremos con las envidias, rencores, superficialidades, apatías…Salgamos pues a predicar la alegría del evangelio.

Propósito: sonreír y dar una palabra de ánimo y aliento a alguien.