2 de febrero: Presentarle al Señor nuestra vocación y misión.

Lucas 2, 22-32

Mis ojos han visto a tu Salvador.

Hoy día, La Presentación del Señor, celebramos el día de la Vida Consagrada.

Hoy dos de febrero no es solamente el día de la Candelaria, cuando a quien le tocó el muñequito de la rosca nos trae tamales… Es un día muy especial, el día de la Presentación del Señor, día en que la Iglesia celebra La Vida Consagrada. Día para agradecer a todos esos hombres y mujeres que a lo largo de la historia, han respondido a la invitación del Señor a seguirle con totalidad para extender Su Reino y a transmitir la alegría del evangelio. Por otro lado les invito que así como María y José llegaron con el niñito Jesús en brazos para presentarlo y consagrarlo a Dios, así cada uno ponga a los pies de Dios su familia, su matrimonio, sus hijos. Ponerlos ahí, en el corazón de Dios Padre, quien mejor que Él para cuidar de ellos, quien mejor que El para protegerlos, guiarlos y equiparlos con todo lo necesario para alcanzar la felicidad, que Él mismo nos prometió. Acerquémonos pues con mucha confianza y con mucho amor al centro del corazón de Dios Padre y dejémosle lo más sagrado que tenemos: familia, matrimonio, hijos, amigos.

Propósito: agradecerle a Dios por el Padre que me bautizó, me dio la primera Comunión, y por todos aquellos hombres y mujeres consagradas, que han guiado y siguen guiando de alguna manera mi vida.