Marcos 3, 22-30
Satanás está perdido.
Cristo nos dice que un reino dividido sucumbe, lo mismo que una familia dividida tarde o temprano termina por romperse. La unidad se trabaja, se construye, es decir hay que echar costales de confianza, ladrillos de paciencia, palas de servicio, carretillas de escucha, blocks de perdón, para que quede una buena consistencia de amor y así poder “pegar las quebraduras” de todos los días. La unidad es trabajo diario. Y se los digo yo por experiencia personal, no hay hogar más agradable al cual llegar, que aquel donde reina la unidad, el amor, la comprensión, la paz. “Señor mío te pido hoy aquello que necesito para construir la unidad en mi familia, paciencia, escucha, perdón, confianza, servicio, Señor que hoy con mi amor ponga un ladrillo más en la unidad de mi Iglesia doméstica”.
Propósito: hoy construir unidad.