21 de enero: Me llama por nombre.

Marcos 3, 13-19.

Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros.

A quien no le gusta ser reconocido, que alguien te de una palmadita en la espalda y te digan, bien hecho. O recibir una invitación personalizada al evento del año…hoy leemos en el evangelio los nombres de los doce apóstoles: “Simón, al cual le impuso el nombre de Pedro; después, a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, a quienes dio el nombre de Boanergues, es decir “hijos del trueno”; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y a Judas Iscariote, que después lo traicionó”. Llamó a los que quiso. Que honor, que privilegio. Que orgullo que Cristo pueda decir, lo(a) llamé y me respondió. Que mi nombre quede inscrito en el corazón de Jesús, ese es el mayor honor que nosotros como bautizados podemos tener. Como decíamos hace unos días, Dios sigue llamando a hombres y mujeres que le siguen con valentía para extender Su Reino de Amor. Que jamás tengamos que leer NN…quien le traicionó. Sino todo lo contrario, seamos como los apóstoles que predicaban con su testimonio, cruzaban fronteras llevando el amor de Cristo, que también de nosotros se diga: “Mirad cómo se aman”.

Propósito: hoy vivir al cien mi vocación, dando testimonio de Su amor y Su misericordia.