12 de enero: Cristo al centro.

Marcos 1, 29-39

Curó a muchos enfermos de diversos males.

Cristo se levantaba de madrugada a orar para tener las fuerzas necesarias para enfrentar el día. ¿Qué hacemos nosotros? Ejercicio, despachar niños, cocinar, encender la televisión, escuchar noticias…todo lo anterior está muy bien y es necesario, pero LA ORACIÓN le daría el toque final para empezar el día como dicen por ahí: “con el pie derecho”. No es repetir oraciones de memoria, sino rezar es compartir con el Maestro, hablar con un amigo que sé me está escuchando, rezar es vaciar mi corazón ante el Señor, contarle mis problemas, ilusiones, deseos, preocupaciones, angustias, tristezas; compartir con El las alegrías, los logros. Poner todo lo que traemos en el corazón en Su corazón, El sabrá qué hacer con El. Así como Cristo empezaba el día elevando el corazón al Padre, así nosotros también debemos empezar nuestro día, vaciando el corazón en Su corazón, para que Cristo lo llene de todo lo que necesito para enfrentar mi día.

Propósito: Tomar un tiempo para hablar de corazón a corazón con El Amigo que me espera.