4 de enero: Ver a Jesús

Juan 1, 35-42

Hemos encontrado al Mesías.

Ayer veíamos como Juan Bautista daba testimonio de Jesus, hoy nos invita a pasar un día con Jesus. Nos dice venid y ves. Y ¿qué vieron? ven como consuelas a la viuda, como das pan al hambriento, como devuelves la dignidad a la mujer, como dejas que los niños vengan a ti, como alabas la sencillez y generosidad de la viejecilla del templo, como te conmueves por la muerte de un amigo, como les llamas amigos, como defines al prójimo, como das la vida por el amigo, por la oveja perdida, con que amor esperas al hijo que se ha ido, como siempre tienes una palabra de consuelo, como elevas a quien tropieza en el camino, como perdonas al que te ha ofendido, o das tu manto y volteas la otra mejilla a quien te ha herido, como caminas la extra milla con el compañero de camino, como enardeces los corazones a quien te escucha con corazón abierto, como buscas con la mirada al amigo arrepentido, como alabas la fe de la hemorroísa, de la Cananea, del centurión  o también como reprendes a los fariseos, y exaltas al publicano. Como explicas con sencillez y lenguaje cotidiano los misterios de tu Reino. Como elevas tu corazón al Padre para pedir luz y consejo, como te pierdes horas en oración pidiendo fuerza para enfrentar la pasión que se avecina. Enseñas con tu autenticidad de vida, desde los 12 años dijiste ” he de ocuparme de las cosas de mi Padre” y al final de tu vida, después de haber lanzado una vez más tu perdón, te despides de este mundo así como llegaste, despojado de todo y de todos, elevando el corazón al Padre, clamando “Todo esta consumado”.  Ahí está el maestro, ahí esta Jesús quien nos llamo a la orilla del lago y nos envió a predicar el Reino de Amor. Su vida es el manual de todo misionero.

Propósito: hoy “ver a Jesus”.