4 de diciembre: Responder al Amor.

Mateo 9, 35-10, 1.6-8

“Al ver a las muchedumbres, se compadeció de ellas.”

Hoy en el evangelio podemos ver el corazón de Jesús “al ver a la multitud se compadeció de ella”. Así es, Jesús no se puede “quedar quieto” ante una necesitad. En ese momento, a demás de instruir a los apóstoles de salir a predicar el Reino del amor, les da poder para sacar demonios y curar toda clase de enfermedades. Nosotros debemos de escuchar estas instrucciones de Cristo. A demás de pedir por las vocaciones (comercial vocacional) hay que salir a predicar y a expulsar demonios. En esta época del año los mini demonios se multiplican, como a los mininos. Y las dolencias son muchas. Los diablillos de la superficialidad, materialismo, vanidad; las dolencias de la soledad, el rencor, la frialdad. Nosotros al igual que los apóstoles tenemos que salir a curar esas enfermedades con nuestro cariño, perdón, acogida, amistad; expulsar esos mini demonios transmitiendo el verdadero sentido de esta época: amor, paz, alegría, felicidad, unión familiar. Hacerlo en cada fiesta, en cada reunión, en cada posada. Que no sean eventos superficiales, sino que sean eventos en donde con nuestro testimonio sembremos la semilla del amor, la paz y el perdón.

Propósito: hoy transmitir con la palabra o con la acción el verdadero sentido de esta espera: preparará el corazón (sacar todo mini demonio) para recibir al Niñito Dios que trae paz y amor.