27 de noviembre: Caminar de la mano de María.

Lucas 21, 34-36

“Estad siempre despiertos, para escapar de todo lo que está por venir”

Hoy día sábado, día en que lo solemos dedicar a la Virgencita, quisiera aprovechar para hacerle una petición. Pedirle que nos deje caminar a lado de ella en el burrito que la llevará de Nazaret a Belén. Mañana empezamos ese recorrido, esa espera. Madre mía permíteme caminar contigo, quisiera pedirte me dejes escuchar esas conversaciones con José, esos diálogos que tú tendrás con ese niño que llevas en tu interior. El Ángel te dijo tan poco, pero en si te lo dijo todo, serás Madre del Redentor, del Salvador. Ese niño nos viene a traer paz, alegría, amor; Madre Mía déjame caminar junto a ti este Adviento para que no me pierda entre tanto jaleo, entre tanta luz, ruido, regalos, posadas. No Madre Mía permíteme ir a tu lado para que, casi casi, pueda escuchar los latidos de ese Niñito que en cuarenta días llegara para llenar mi corazón y pueda estar yo preparada para recibirle y abrazarlo con todo mi corazón.

Propósito: prender una vela si no puede ser externa, interna en representación que la luz que está por llegar en mi corazón. Es decir empezar a “iluminar” mi corazón: pedir perdón, agradecer, abrazar… A una persona que hace tiempo no lo hago.