20 de noviembre: ¡Viva Cristo Rey!

Lucas 20, 27-40

No es Dios de muertos, sino de vivos.

Aunque el sábado es generalmente dedicado a la Virgen, quisiera pedirle nos permita preparar la mente y el corazón para la solemnidad que celebraremos mañana: Cristo Rey. Este misterio de la vida de Cristo es quizá el más rico, Cristo como Rey. Un Rey que nace en una cueva bajo el cobijo de animales, visitado por pastores y adorado por reyes; un Rey que pasa treinta años trabajando con su manos como carpintero; un Rey que habla con autoridad y enseña con su testimonio; un Rey que perdona setenta veces siete, que camina la extra milla por el amigo, que da su túnica, que voltea la otra mejilla al recibir insultos y salibasos, que se para a la orilla del camino para ayudar al malherido, que da posada al forastero, que perdona a sus enemigos; un Rey que proclama un Reino de justicia y amor, un Rey que ejerce su soberanía mediante la misericordia. Un Rey que tiene como cetro un callado de pastor y como trono una cruz. Para pertenecer a este Reino tenemos que asumir las actitudes del Rey y ceñirnos a su ley. Digamos con fuerza y convicción: “Cristo Rey Nuestro, Venga Tu Reino”.

Propósito: dejar que el Reino de Cristo invada mi pequeño reino.