13 de noviembre: Tocar con insistencia.

Lucas 18, 1-8

Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan.

Creo que el evangelio de la viuda insistente está hecho para las mujeres. Porque cuando queremos algo, no descansamos hasta conseguirlo, al pobre marido, papá, novio, compañero, lo mareamos, aturdimos hasta que oigamos que nos diga: “vale ya está bien, con tal de que me dejes en paz…” A quien pide se le dará, a quien toca se le abrirá. Con Cristo se vale ser insistente, toquemos, pidamos, pero siempre con el corazón abierto a recibir lo que él nos quiera dar, allí está lo difícil. Muchas veces pedimos lo que no nos va ayudar y tocamos la puerta equivocada. En una ocasión un señor me dijo: “Yo no me atrevo a pedir nada, yo solo le digo, Tú sabes lo que necesito y lo que puedo cargar, aquí estoy”. Que preciosa actitud de total confianza. Así debe de ser nuestra oración, no tanto pedir lo que quiero y necesito, sino pedir que me dé un corazón abierto, dispuesto, generoso para recibir lo que Él me quiera dar. Tocar con insistencia la puerta, para que Él me abra la puerta de Su corazón.

Propósito: repetir con el corazón: Aquí estoy Señor para agradecerte, amarte y servirte.