Lucas 12, 39-48
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá.
Descansa, bebe, come, diviértete… ¿A alguien se le antoja? Me imagino que a todos. Esto lo podemos hacer todos los días, pero no sin antes cumplir con algo. San Agustín decía: “Ama y haz lo que quieras”. Así que antes de comer, beber, divertirme tengo que amar. Así es, el amor es el preámbulo para todo. Amar, que no es tener “maripositas” en el estomago, ni es sentir bonito, nada de eso. Amar es entregarse, amar es donación, amar es olvido de uno mismo, amar es darlo todo por el ser amado, amar es hacer al otro feliz, amar es abrir los brazos, clavarse en una cruz y dar hasta la ultima gota de la sangre por el amado. Eso es amor verdadero, amor del bueno. Una vez que amemos entonces sí a descansar, beber, comer, diviértete. ¡Vayamos hoy a amar y hacer lo que queramos!.
Propósito: hacer algo (escuchar, sonreír, un detalle, un abrazo) por mí alguno de mis amores (esposo, hijos, padres, amigos) sin esperar nada a cambio.