Jueves 14 de octubre: Ver con los ojos de Dios

Lucas 11, 47-54

Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías.

Que frase más fuerte nos dice hoy el evangelio: “Han guardado la llave del saber”. Es como si nos dijeran que hemos cerrado nuestro corazón. Cerrado a lo bueno, a lo bello, a lo verdadero, a lo grande y no. No permitamos que gane la corriente del pesimismo, del desaliento. No tiremos la toalla. Como decíamos ayer, en ese checar el corazón, sacudámoslo para poder ver todo aquello que es bello, el rostro de un niño o de un abuelito; aquello que es bueno, el abrazo de una madre o un padre; aquello que es verdadero, el amor en una familia; aquello que es grande, las ilusiones y los sueños de nuestros jóvenes; no nos cerremos a ver el mundo gris, limpiemos los parabrisas del alma, abramos el corazón al saber, para poder gozar del mundo maravilloso que nos rodea y sepamos disfrutar de lo que el día nos depara, que si nos detenemos a ver, es todo bueno, bello, grande, verdadero.

Propósito: hoy abrir el corazón y abrazar lo bello, bueno, grande y verdadero que tengo a mi lado.