Lucas 9, 7-9
A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?.
Estos días hemos hablado de escuchar, de actuar, de salir. Como vemos, Cristo es movimiento, es acción, es misión. El amor es un verbo. En este ir y venir, en este hacer, podemos “escuchar” muchos milagros, muchas obras buenas y en todo esto en nuestro corazón se despierta el deseo, las ganas de ver a Jesus. Así como Herodes, escucha de los milagros y “tenía ganas de ver a Jesus”. El apostolado, el servicio, la misión, la entrega a los demás, despierta en el corazón un deseo de ver a Jesus, un deseo de ver a la Persona que mueve corazones. Nunca apaguemos ese deseo, esas ganas de ver a Jesus. Mantengamos “activo el corazón” para que las ganas y el deseo de ver a Jesus sean el motor que nos mueva día a día a seguir saliendo a las calles llevando Su amor.
Propósito: hoy quiero ver a Jesus sirviendo al otro.