Miércoles 15 de septiembre: Madre mía enséñame a sufrir

Nuestra Señora de los Dolores

María a los pies de Jesus

Hoy celebramos otra festividad Mariana, a Nuestra Señora de los Dolores. La tradición de la Iglesia habla de los siete dolores de la Virgen. Para muchos es una “festividad sin sentido”, porque celebrar los dolores. A mí me gusta verlo desde la perspectiva de la fe, la esperanza y el amor. Así es, al recordar a María como mujer que sufrió, tocó y vivió el dolor, la hace mucho más cercana y más aún, ella me enseña cómo vivir, cómo afrontar, cómo cargar ese dolor. No hay nada que yo pueda vivir, que ella no lo haya vivido. Se le perdió su hijo; su hijo fue criticado y burlado; lo condenaron a muerte; lo flagelaron tanto que su cuerpo era una llaga viva; lo colgaron de un madero; le abrieron su costado; lo mataron y ella lo recibió en sus brazos. ¿Cuántas madres, cuántas mujeres, cuántos hombres no “sufrimos” un poco de esos dolores? Hijos que sufren por la incomprensión de otros, hijos presos de algún vicio, hijos perdidos en la obscuridad sin fe y esperanza; María se sintió sola, abandona, me atrevería decir traicionada. Pero Ella permaneció fiel, su fe, su esperanza y su amor la mantuvieron firme, de pie, como un roble. Jamás se doblegó. Madre Mía ilumina mi fe, fortalece mi esperanza, acrecienta mi amor para que yo también pueda permanecer de pie ante la cruz del día a día.

Propósito: hoy cargar con mi cruz con alegría.