Mateo 22, 34-40
Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.
Hoy Cristo nos recuerda el primer mandamiento: Amarás Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. ¿Cómo es amar con todas tus fuerzas? Fuerza en hebreo es mucho. Así que amar a Dios con todo mi mucho. Amar con mi mucho hoy es lo que Dios espera de mí. Quizá traigo un dolor de cabeza que solo me da para sonreír, ese es mi mucho; estoy muy enojada con XX y lo único que me sale es decirle buenos días, ese es mi mucho; traigo mil y un problemas y no puedo llegar a una actividad pero mando un mensaje o pasó solo a saludar, ese es mi mucho; estoy alado de mi hijo que se debate entre la vida y la muerte, no entiendo pero acepto, ese es mi mucho; tengo frente a mi una decisión que cambiará mi vida para siempre (dejar el país en el que he vivido por años) y aunque me resista logro ver el bien que hará a quienes me rodea, eso es mi mucho. Estoy viendo un atardecer espectacular con un arco iris que el cielo parece postal y agradezco a Dios, ese es mi mucho. Como vemos amar a Dios con todas mis fuerzas-con mi mucho- es amarlo en el día a día minuto a minuto.
Propósito: hoy amar con mi mucho.