Miércoles 11 de agosto: Salvar a mi hermano

Mateo 18, 15-20

Si te hace caso, has salvado a tu hermano.

Hoy Cristo nos invitada a dar un paso más. Y como todo pasó de subida, cuesta. Nosotros somos muy buenos, al menos yo, para reconocer el error, la falta del otro. Pero que nadie se atreva a corregirme porque yo soy perfecta. Pero todos estamos hechos del mismo barro y por lo general cojeamos del mismo pie: egoísmo, vanidad, superficialidad, flojera, impaciencia, podría seguir pero no hay que deprimirse. Cristo nos invita a tres cosas: Primero corregir de buena manera y en privado al hermano, no dejar pasar las cosas, hablarlo; dos, acercarnos a la confesión para que el Sacerdote nos haga una buena limpia del corazón y con la bendición nos de la fuerza para seguir caminando hacia el cielo; tercero, rezar y rezar en “equipo”, “donde dos o más se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo”. Dios es Bueno y Bello y nosotros somos sus hijos, algo de bueno y de bello tenemos que tener, aprendamos a ver lo bueno y bello y sacarle brillo a eso.

Propósito: hoy ver lo bueno y lo bello de quienes me rodean especialmente los de mi casa.