Miércoles 14 de julio: Gozar del aquí y ahora

Mateo 11, 25-27

Has escondido estas cosas a los sabios, y se las has revelado a la gente sencilla.

Ayer hablábamos de saber reconocer los milagros de la vida ordinaria; saber ver la mano de Dios que pinta el día solo para nosotros. Una  virtud esencial para lograrlo es la sencillez.  La sencillez es tener alma de niño. La sencillez para reconocer a Dios en todo y todos. Las personas sencillas atraen, son amables, quieres estar con ellas. Me atrevería a decir que la sencillez es la virtud esencial para gozar de la vida, para ser feliz. Gozar lo que venga. Perdón que me atreva a poner a mi viejita, mi mamá, de ejemplo. Pero es impresionante que a sus noventa y dos años goza de todo, tiene una capacidad de disfrutar de la vida que es verdaderamente envidiable. Hace un para de días hable con ella y le explique qué estaba estudiando, ¿qué tanto estudias? A Dios mamá, “a Dios no se le estudia, se le siente, se le agradece, se le ama y ya está”. Esa es la sencillez de la que nos habla Cristo, es la sencillez que necesitamos para entender a Dios y las cosas de Dios.

Propósito: pedir la gracia de ser sencillos, no buscarle cinco pies al gato, mas bien gozar del gato.