Mateo 10, 7-15
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.
Seguimos con el mandato misionero y evangelizador de Cristo: “Curen leprosos y demás dolencias , resuciten muertos, echen fuera demonios. Han recibido ese poder gratis denlo gratis”. Leprosos, enfermedades, muertos, endemoniados… Esto sí que es lo más bajo. Pero callemos el corazón, sinceremos el alma, cuantas veces yo misma estoy cubierta de la lepra del egoísmo y la superficialidad; tengo la enfermedad del “Ismo” materialismo, racionalismo, individualismo, egoísmo, pragmatismo; mi corazón está muerto, no hay ilusiones, deseos, motivaciones, me lleva la corriente, los valores y principios que regían mi vida se los ha llevado la vida y voy por la vida muerta; el demonio del orgullo y la soberbia gobierna y mangonea mi vida a su gusto. Pero tenemos el poder de sacudir esa lepra, limpiar toda herida, despertar el corazón, sacar al “maldito demonio” cerrarle la puerta en las narices y decir: ¡Aquí manda Jesús! Él me ha dado poder para eso y más. El poder viene de la Eucaristía donde no hay demonio que lo aguante, la confesión, no hay lepra ni enfermedad que no sea curada. Cristo es quien tiene el poder de despertar y resucitar mi corazón. Yo tengo el poder, que se me ha dado gratis, para hace toda cura y limpia en mí y en quien de “mi mundo” lo necesite.
Propósito: hoy salir decidida, confiada y segura de darle matarile al demonio, y una buena limpia al corazón.