Viernes 25 de junio: Límpiame Señor.

Mateo 8, 1-4

“Si quieres, puedes limpiarme”

Dicen que el primer paso para curase o cambiar algo es “reconocer, aceptar” el defecto o la enfermedad. Pues este leproso amigo nuestro, acepta al cien su condición y con toda fibra de optimismo y fe se acerca al Señor, se postra a sus pies y con toda sencillez y humildad le dice “si quieres, puedes curarme”. Ante tanta sencillez y fe, Jesus responde “quiero, queda limpio”. Echemos un vistazo a las actitudes de nuestro amigo: sencillez, aceptación de su condición, vulnerabilidad, no le importa exponer ahí, delante de todos, sus mísera, confianza absoluta en Cristo, no le dice crees que puedas, será posible, sino una certeza magistral: si quieres puedes, deseo de quedar limpio, curado, en búsqueda de libertad, no quería seguir siendo ostrizado quería ser parte de la sociedad, no más aislamientos, esa libertad de poder interactuar. Mi corazón a veces también se topa con un poco de lepra: juicios, egoísmos, superficialidad, critica, pesimismo, indiferencia. Pero tengo que voltear a ver al amigo leproso que con toda certeza, confianza y deseo de cura, se postra a los pies del Señor y clama “si quieres puedes curarme” para poder así escuchar esas palabras liberadoras y llenas de esperanza: QUIERO, QUEDA LIMPIO.

Propósito: con toda sencillez y confianza postremos os a los pies del Señor y digamos “Si quieres puedes curarme de….”.