Viernes 21 de mayo: Día 8 Novena Espíritu Santo

Don: Temor de Dios, para qué nos inquiete estar alejados de Dios. Por eso, el Espíritu nos ayudará a vivir el deseo firme de estar cerca de él

Fruto: serenidad

El último de los dones del Espíritu Santo es el Temor de Dios, muchas veces mal interpretado con miedo, distancia, respeto…pero en realidad es el que nos “inquieta” para no estar alejados de Dios y eso nos llevará a tener un deseo firme de estar cerca de Él. El fruto de este don es la serenidad. Porque quien tiene a Dios nada le falta y nada teme. En Haití, donde tuve la experiencia de misionar por más de 10 años, es increíble cómo los moribundos, los más desvalidos, se apegan a lo único importante, Su Criador; viven sus últimos momentos con una serenidad, que da envidia. La gente,  en especial los del centro llamado “Casa de La Paz”, donde hay 360 pacientes de los 0 a los 90 años, la mayoría con enfermedad es terminales, malnutrición y una gran población con discapacidad física e intelectual, reflejan una paz, una conformidad que es envidiable. Para las misioneras siempre fue una experiencia única, todas coincidíamos en la misma pregunta ¿de dónde sacan fuerzas para sonreír frente a tanto sufrimiento? Yo no soy teóloga, ni filosofa, pero no encuentro otra respuesta que ésta: tienen a Dios, saben que van a Dios y eso les mantiene la mirada fija en el cielo, viven felices cada momento que aún tienen. Si esto no es temor de Dios, estar cerca de Dios, entonces no sé qué es.

Propósito: vivir como si hoy fuera mi of de día, mi único día, mi último día.