Miércoles 28 de abril: Salir a predicar.

Juan 12, 44-50.

Yo he venido al mundo como luz.

Este evangelio de hoy es una confirmación que mi Señor, Cristo, vive y jamás nos abandona. Hoy nos lanza a la misión, nos dice “vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio”, los milagros que los acompañarán, expulsarán demonios, hablaran lenguas nuevas, nada les hará daño, impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos, si beben algún veneno no los matará…”  Recuerdo que hace un par de años salí a Haití con un grupo de once misioneros, todos ellos jóvenes, muy jóvenes, quizá sin experiencia alguna, pero con un corazón dispuesto a todo, especialmente dispuesto a amar. Esos jóvenes  respondieron a la invitación de Cristo a salir. Salir de nuestra zona de confort, salir de nuestro egoísmo, salir de nuestro mundo para llevar la alegría del evangelio. No hay nada que temer, vamos en su nombre. Hay muchos enfermos a nuestro alrededor, hay muchos demonios, mucho veneno…Cristo no invita a salir y expulsar el odio con el amor, a convertir el veneno con la caridad, a curar al enfermo con el servicio y la acogida. Cristo nos invita a salir de nosotros mismos para dar y encontrar amor.

Propósito: Hoy salir de mi mundo para llevar una sonrisa al mundo de afuera.