Sábado 20 de marzo – Su mirada lo decía todo.

Juan 7, 40-53.

“Nadie había hablado nunca como ese hombre”. Esto fue lo que dijeron los soldados que fueron a apresar a Jesús. No pudieron, simplemente no pudieron hacerlo, sus palabras, su mirada toco sus corazones.  Esto me recuerda a San Juan Pablo II, a Madre Teresa de Calcuta, al Padre Pio, a esas personas que al verles uno no puede hacer otra cosa que “caer a sus pies”. Y no por la persona, no hay que caer en fanatismos e idolatrías, pero sí creer que debo reflejar eso mismo que los soldados encontraron en Cristo.

Todo bautizado está llamado a ser otro Cristo, todos  estamos llamados a transmitir la alegría del evangelio con nuestro actuar, hablar, juzgar. Como decíamos en la semana, “que cuantos me vean den gloria a Dios”; hablar con autoridad no porque yo la tenga, sino porque está fundada en la verdad de Dios, del evangelio; Como sería la mirada de Cristo, con qué fuerza transmitiría su mensaje, con que temple se movía, que los soldados no pudieron aprenderle.

Dejemos que la mirada de Cristo conquiste nuestro corazón; que sus palabras llenen nuestra alma; que su vida sea nuestro ejemplo y modelo a seguir.

Propósito: hoy ser lo que tengo que ser.