Martes 16 de marzo – No pasemos de largo.

Juan 5, 1-3.5-16

“Toma tu camilla y anda”. Este pasaje es muy conocido, un  paralítico, que no alcanza a llegar cuando se agita el agua, le dice a Cristo “no tengo a nadie que cuando se agite el agua me meta (al agitarse el agua quien se metía a la piscina quedaba curado). Ojalá ninguna de las personas que nos rodea, ya sean familiares, amigos, conocidos, compañeros, tenga que decir eso, “no tengo a nadie”. Primero que nada tenemos a Jesús preso de amor en un sagrario para que nadie, absolutamente nadie nunca se sienta solo.

Por otro lado, nosotros tenemos que ser ese “alguien” que cargue al paralítico -al paralizado por miedos, vicios, malos hábitos, desánimo, desaliento, desesperanza, enfermedad- y lo llevemos a esas aguas -sacramentos y oración- para que queden curados, para que recobren fuerzas y puedan tomar su camilla – sus vidas- y sigan caminando, disfrutando de esta vida maravillosa que Dios nos regala. Cuidado, no pasemos de largo, puede haber un paralítico muy cerca que necesite ayuda para llevarlo a la fuente de la vida : Cristo.

Propósito: hoy hacer cinco minutos de oración (si puede ser frente a Cristo eucaristía mejor) y poner a Sus pies a XX, para que él o ella recobren sus fuerzas, tomen su camilla y puedan caminar.