Jueves 18 de marzo – Que cuantos me vean en gloria a Dios y crean en Él.

Juan 5, 31-47.

Este evangelio es uno de esos radicales de Cristo. Regaña a los fariseos y escribas porque no creen en él, por qué a pesar de leer y conocer las escrituras dudan, aún viendo sus obras, lo condenan. Eso fue hace ya mas de dos mil años, pero, ¿no nos pasa a nosotros lo mismo? Vamos a misa, leemos el evangelio, hasta hacemos oración, pero llega el momento de creer aún cuando todo es obscuro y “nos desencajamos”; llega el momento de la fiesta y nos gana el comadreo y despedazamos al prójimo con chismes, juicios; Cuaresma tiempo de conversión y me gana el activismo, el subir y bajar perdiendo el objetivo de todo aquello que es vaciar el corazón para llenarlo de amor y esperanza.

Cristo nos invita a dar testimonio, no a hacer relucir nuestras cualidades y capacidades, sino hacer que El sea el centro y objeto de todo lo que hago, que quien me vea de Gloria a Dios, por mi trato amable, mis palabras de aliento, mi alegría, acogida, compasión, servicio, y no que quien me vea salga corriendo por mi sobre abundancia de energía, palabras huecas y sin sentido, mi superficialidad y vanagloria, quejas y pesimismo. Cristo daba testimonio de Aquel le envió, el Padre, nosotros estamos llamados a dar testimonio de quién nos envía: Cristo. Que cuantos me vean den gloria a Dios.

Propósito: hoy crear comunión, armonía, alegría con todo quien me encuentre.