Marcos 12, 28-34
El Señor tu Dios es el único Dios: ámalo.
“Amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. ¿Les suena? Yo todavía oigo a mi profesora de religión que nos lo repetía al inicio de toda clase. Han pasado ya muchos años y quizá lo repito igual como merolico, pero ahí en esa frase se encierra toda la teología de mi equipo #IamThird. Amar a Dios con todo el corazón, es decir más que a la bolsa, al viaje, al marido, la familia; con TODA el alma. Sin compromisos con otras ideologías, modas, relativismos; con toda la mente, sin quitarle páginas al evangelio; con todas las fuerzas. Aquí hay una traducción que me encanta: Amarás a Dios con todo “tu mucho”; es decir, con todo lo que tengo, sea poco o mucho, es mí mucho.
Como vemos mi Señor es radical y así debe de ser nuestra vida; radical, con todo por el amor, para el amor, con el amor. No hay más en esta vida: Dios, otros, yo.
Si lográramos vivir esto un día; haz la prueba y veras cuán feliz serás.
Propósito: Hoy vivir para el amor, por el amor y con amor.