Santos:
San Blas, Obispo de Sebaste y Mártir
Marcos 6:1-6
No puedo hacer milagros ahí por su falta de fé.
Si ayer veíamos los frutos de la fé, hoy vemos lo contrario, es decir sin fe, le atamos de manos al Señor, no puede hacer nada. La fe, como sabemos, es un don. Se nos da en el bautismo y a nosotros nos toca cultivar y hacer crecer ese don. Por eso, es tan importante hacer pequeños actos de fe diarios. Si son prácticos como yo, se estarán preguntando y eso cómo se hace. Les cuento un poco de mi pobre experiencia. Todos los días agradecer el que el Señor este pensando en mí y sople en mi su aliento para yo poder vivir; durante el día reconocer su presencia en un atardecer, en una brisa, en un cielo azul; hacer una visita a la capilla y decir con mucho fervor, creo, espero, amo y adoro; hacer un alto a mitad de tarde, respirar profundo y mirar hacia arriba y decir va por ti; ofrecer pequeños sacrificios de la vida ordinaria, despertarse temprano, escuchar al adolescente, recibir la mirada matadora y o indiferente del joven, escuchar quejas…el día se encarga de presentarnos oportunidades que podamos decir “Señor ayúdame a vivir esto, pon una sonrisa aunque quiera gritar, pon una palabra positiva cuando quisiera quejarme, pon una palabra de aliento cuando quiera gruñir, pon un rostro afable y sereno cuando quiera gritar y desaparecer, Señor que mi presencia refleje tu amor”.
Propósito: Hoy Señor haré pequeños actos de fe.